La salida de YPF del norte santacruceño, oficializada ante el gobernador y sindicatos, incluye indemnizaciones especiales y jubilaciones anticipadas para los operarios afectados. CGC asumirá la operación con una reducción significativa del personal.

YPF, la principal operadora petrolera de Argentina, dejará el norte de Santa Cruz el 28 de febrero de 2025, marcando un punto de inflexión en la industria hidrocarburífera de la provincia. La decisión, anunciada oficialmente al gobernador Claudio Vidal y a los líderes sindicales Rafael Güenchenen y José Lludgar, afecta a unas 2500 personas y se ejecutará a través de un período de transición que incluye retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas.
Según fuentes consultadas, los retiros voluntarios se ofrecen con un atractivo paquete: indemnizaciones al 120% durante enero y al 100% en febrero. Los trabajadores que cumplan con los requisitos de aportes y edad podrán optar por la jubilación, con un beneficio de 13 sueldos más un 20% adicional si se acogen a la medida en enero.
La Compañía General de Combustibles (CGC), liderada por Hugo Eurnekián, asumirá la operación de los bloques que deja YPF en el flanco norte. Sin embargo, la transición viene acompañada de una drástica reducción de más del 50% del personal operativo. CGC se centrará en la administración de los bloques, dejando en manos de otras empresas parte de las tareas específicas, como Crown Point, Roch y PECOM, según acuerdos en curso con el gobierno provincial.
La estrategia inicial de CGC no contempla el uso de equipos perforadores, limitando las actividades a las ya existentes. En paralelo, otras empresas como San Antonio Internacional también dejarán la provincia, con una salida programada para el 31 de enero.
La salida de YPF responde, en parte, a las indefiniciones del gobierno provincial respecto al Plan Andes, implementado con éxito en otras provincias. Ante la falta de avances en Santa Cruz, la compañía dirigida por Horacio Marín decidió concentrar sus recursos en regiones con mayor viabilidad operativa.
El impacto de esta decisión se extiende más allá del ámbito laboral. Los sindicatos han expresado su preocupación por la reducción de equipos y operarios, mientras que las comunidades locales temen un golpe significativo a las economías regionales.
Con la transición ya en marcha, los próximos meses serán clave para definir el futuro de la actividad petrolera en Santa Cruz. La reestructuración de la operación petrolera y la redistribución de los bloques plantean desafíos significativos para las empresas, los trabajadores y el gobierno provincial, que buscarán garantizar la continuidad de la producción en un contexto de incertidumbre y cambio.
Para los afectados, el tiempo apremia: enero y febrero serán meses determinantes para quienes deban decidir entre las opciones ofrecidas, marcando el final de una era para YPF en el norte santacruceño.